Superalimentos: una nueva apuesta

Superalimentos: una nueva apuesta

El término “Superalimento” se ha puesto de moda, de eso no cabe duda. Si hacemos una búsqueda en Internet encontramos cerca de 600.000 resultados para “superalimentos” y 10 millones para “superfoods“. Algunos de ellos exaltan las propiedades del alga espirulina, la maca o el acaí; otros denuncian la exageración y echan por tierra sus supuestos beneficios.

¿Qué hay de cierto en todo ello? Nosotras, por nuestra parte, hemos realizado una pequeña investigación, de la cual, te mostramos las conclusiones, como siempre, de la mano de la moderación y el sentido común, que son los mejores aliados. Veamos qué son los superalimentos, qué pruebas hay de sus beneficios y cuáles son los más usados.

¿Qué es un Superalimento?

El término Superalimento tiene un origen popular que hace referencia, según los distintos diccionarios que lo han ido introduciendo, al contenido extraordinario de nutrientes en un solo alimento y sus beneficios en la salud. Omnipresentes en los medios de comunicación, los superalimentos se han hecho sorprendentemente populares gracias al interés creciente de la población en cuidarse y alimentarse más saludablemente.

Al igual que ocurre con cualquier cosa que se hace popular, los superalimentos tienen defensores acérrimos e implacables detractores. Veamos sus argumentos:

Los defensores

Atribuyen a ciertos alimentos propiedades nutricionales extraordinarias y sus múltiples beneficios en la salud basándose, en algunos casos, en estudios clínicos y científicos, y en la tradición popular en otros. En la mayoría de los casos, se trata de alimentos con un alto contenido en nutrientes esenciales (proteínas, ácidos grasos esenciales, minerales, vitaminas, compuestos fitoterapéuticos y antioxidantes, etc) que, obviamente, intervienen en los procesos fisiológicos del organismo y, por ello, tienen el potencial de regular y afectar a la salud. Aunque la interesante composición nutricional de estos alimentos es innegable, en lo que se refiere a su impacto en la salud, los hay más realistas y los hay más “publicistas” atribuyendo propiedades medicinales algo exageradas.

Los detractores

Por otro lado, encontramos numerosas publicaciones ridiculizando las supuestas propiedades de los superalimentos, calificando de impostores a los productores de estos “alimentos milagrosos” y acusándoles de hacer primar el interés económico con falsos beneficios. Sus argumentos son que los estudios se hacen a animales y no a personas en muchos casos, que las dosis utilizadas no son realistas en una dieta convencional y que el verdadero interés de estos superalimentos reside en su rendimiento económico a la hora de conquistar mentes crédulas y ávidas de soluciones naturales.

¿Quién dice la verdad?

Pues escuchando y leyendo a unos y otros, nosotras hemos concluido lo siguiente:

¿Dónde está el verdadero interés?

Es cierto que las empresas productoras de superalimentos, obviamente, están interesadas en destacar sus propiedades (como cualquier empresa) y que, dependiendo de su grado de honestidad, pueden exagerar más o menos dichas propiedades. Sin embargo, el poder de la mayor parte de estas empresas es minúsculo comparado con el imperio de las farmacéuticas y multinacionales oficialmente “curadoras” que son las que, casi siempre, dirigen los grandes medios de comunicación. Por lo tanto, suponemos que, en general, las grandes multinacionales no están nada interesadas en que se den a conocer las propiedades medicinales de ciertos alimentos accesibles a todo el mundo, muchos de los cuales se pueden cultivar en casa.

El asunto de los estudios científicos

Sí, muchos de los estudios científicos que respaldan los beneficios en la salud de ciertos superalimentos se hacen con animales y en dosis elevadas que los detractores consideran poco realistas para una dieta convencional. Primero, casi todos los estudios universales se hacen con animales y ello no impide que se usen sus resultados para constatar hechos constantemente. Segundo, muchos de esos estudios se han realizado en estudios clínicos con personas obteniendo resultados evidentemente favorables, es decir, no es cierto que se hagan solo con ratas. Tercero, Las dosis son elevadas, sí, pero eso no quiere decir que no sea aplicable a una dieta realista. Para que verdaderamente tengan efecto es necesario el compromiso y la constancia, como cualquier cosa en la vida, y existen suplementos con dosis elevadas perfectamente aplicables dependiendo de las indicaciones del terapeuta y de la finalidad específica. En resumen, todos estos argumentos no nos parecen de suficiente peso como para descartar su uso.

La exageración

Evidentemente, las empresas productoras de superalimentos están interesadas en resaltar sus propiedades y ello pueden hacerles caer en el error de exagerarlas. Sin embargo, aunque, efectivamente, un solo alimento tiene pocas opciones de curar por sí solo o regular un estado patológico, lo cierto es que estos alimentos tienen unas propiedades nutricionales, cuanto menos, interesantes. O sea, que se puede exagerar su beneficio en la salud, pero eso no quiere decir que los nutrientes esenciales que contienen son los que son y, sin duda, son interesantes.

Conclusiones

Siendo como somos bastante poco partidarias de las modas y de los alimentos milagro, hemos de decir que, en verdad, los argumentos en contra de los superalimentos nos parecen pobres, sobre todo en lo que se refiere a introducir este tipo de alimentos en la dieta. Por otra parte, no hemos de olvidar la moderación y el sentido común. Ningún alimento es milagroso por sí solo y, de hecho, existen infinidad de alimentos ricos en nutrientes imprescindibles que no gozan de la categoría de “superalimento“. Un superalimento puede tener unas propiedades medicinales y nutricionales muy interesantes, siempre y cuando se tenga en cuenta que, los verdaderos pilares de la salud son: dieta sana y equilibrada rica en una gran variedad de alimentos ecológicos y frescos de temporada, descanso, ejercicio y amor. ¡No hay más!

Por lo tanto, y como conclusión final: ¿Son necesarios los superalimentos? No, mucho menos cuando no procedan de producciones cercanas o nuestra economía no sea boyante. ¿Tienen mucho de publicidad? Por supuesto, sobre todo en los exagerados beneficios en la salud atribuidos a un solo alimento. ¿Es interesante consumir superalimentos? Sin duda alguna, sobre todo si proceden de producciones cercanas o los podemos cultivar en casa. Incorporar superalimentos a nuestra dieta no nos hará ningún daño (respectando dosis y recomendaciones) y nos aportará nutrientes muy suculentos para la salud de nuestras células, siempre y cuando estén incluidos en una dieta equilibrada rica en una gran variedad de otros alimentos que contengan nutrientes imprescindibles.

Los superalimentos más superpopulares

Si te interesa conocer las propiedades de los superalimentos más populares y su aplicación en la salud, consulta nuestro reportaje los mejores superalimentos. A modo enunciativo, estos son los superalimentos más usados:

  • Alga espirulina
  • Maca
  • Acaí
  • Cacao
  • Camu-Camu
  • Semillas de cáñamo
  • Semillas de Chía
  • Chorella
  • Granada
  • Arándanos
  • Brócoli
  • Té verde
  • Quinoa
  • Brotes de alfalfa
  • Ajo
  • Reishi
  • Fitoplacton marino
  • Cúrcuma

 


 

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